En esta ocasión compartiré reflexiones del libro de mi abuela, titulado: Las Reflexiones de MAR, que ha escrito a lo largo de estos últimos años, en los que su vida ha tenido extraordinarios cambios que la han fortalecido y la han hecho seguir adelante, estos escritos los ha compartido con sus hijos y sus nietos con mucho cariño, ahora yo tengo su segundo libro con una grandiosa dedicación en la cual aparte de recordarme cuanto me quiere, me comenta que le gustaría mucho que yo también publicara lo que he escrito, valla que estoy totalmente acorde con ella, en fin, regresando a lo de las reflexiones me gustaría compartir una con ustedes, la cual dice:
Hace poco me di cuenta de mi realidad
y me pregunté como fue que pasó...
Si hace apenas un tiempo no se me veían las canas,
ni esos surcos en los ojos, ni ese rictus de cansada,
y mi pecho no se fatigaba...
Además de mi abdomen abultado,
las piernas y los pies hinchados.
Claro me dije... si tengo ya sesenta y tantos,
¡estoy en la tercera edad!
Rápidamente mi mente y mi corazón me corrigieron
haciéndome pensar diferente.
Efectivamente, se oye y se siente mejor
¡ser un adulto mayor!
Ya que así tendré más más mesura
para todo lo que emprenda.
¡Ah! Pero eso sí... no permitiré
que la vejez se apodere de mí.
Daré gracias al señor.
Encontraré razones para vivir y viviré cada día
de la mejor manera... emprenderé el camino
de la sabiduría con las experiencias acumuladas
y el corazón me dará impulsos para sentirme joven.
Aceptaré mis limitaciones y
me innovaré y viviré con plenitud,
¡Porque de mi depende seguir viviendo con alegría!
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