Por mucho tiempo lidias con tus emociones, tienes gente a tu alrededor que te ama, pero no termina de comprender cómo te sientes y te vas alejando poco a poco, te encierras en tus pensamientos y tu sufrimiento, al final, es más fácil vivirlo sola, no existe nadie en el mundo más que tú misma que pueda llegar a calmar tus demonios.
Pasas años tratando de encontrarte, porque perdida ya estabas, tienes tanto amor para dar pero miedo a ser lastimada y todo se vuelve oscuro a tu alrededor, solo queda esa pequeña llama que lucha cada día por no apagarse, tu luz que aún brilla a pesar de la penumbra, débil y fluctuante, pero sigue ahí, encendida, porque a pesar de todo, confías que todo es un proceso y que eres la única persona que podrá salvarte.
Y así es, renaces cada día, es un nuevo comienzo, un nuevo paso, un nuevo camino, dudas todo el tiempo, cambias constantemente y te adaptas al mundo a tu alrededor, porque aunque estés cansada, sigues luchando, aceptándote y amándote.
Te renuevas y te enfocas en los pequeños momentos que te hacen sentir felicidad, aunque con el tiempo huyes de esos sentimientos, tu vulnerabilidad te hace escapar y volver a esconderte de quien te tiende una mano, agotada estás de sentir tanto, temes el rechazo, temes el abandono, temes tantas cosas que aíslas esa parte de ti que pocos conocen, muestras solo tu parte fría, distante y ante el mundo muestras ese caparazón que has forjado de muchas capas, porque no estas dispuesta a derrotarte y pedir ayuda, porque sabes que quien más te puede lastimar son aquellas personas que tienes más cerca y a quien le muestras tu yo real.
Pasan los años y vas comprendiendo la naturaleza humana, sus emociones, sus caras, sus comportamientos, pensamientos, su actuar y por fin llega un día, que comprendes que el amor más importante es el tuyo y que debes ofrecerlo al mundo a pesar de la adversidad, vas desnudando tus capas y te vas abriendo a experimentar con más fuerza tus emociones, aunque por más dolorosas que sean, son parte de tu esencia, de tu alma, de todo tu ser.
El miedo sigue latente, pero confías más en ti y en tu capacidad de avanzar, ya has sufrido mucho, tu manera de sentir es muy intensa y profunda, de ahí nace tu oscuridad, pero por fin comienzas a abrazarla en vez de luchar contra ella, comienzas a aceptarla y entenderla, el mundo se forja de luz y oscuridad, pero no siempre la penumbra y la soledad son malas si sabes navegarlas, ya lo has hecho por mucho tiempo, conoces sus matices, sus caminos, sus obstáculos.
Comienzas a abrir esa parte de ti que temías que la gente conociera, porque sí, hay personas que lo usarán en tu contra, pero depende de ti dejarlas entrar o permitir que te lastimen, vives aún con mayor intensidad, se va alejando ese miedo poco a poco, comprendes que ese amor tan tuyo, tan encapsulado, debe salir y expresarse, no importando si lo aceptan o no, ofrécelo sinceramente y mantenlo latente a quien con bondad sabe tomarlo y arroparlo, no dejes de demostrarlo aún a las personas que lo toman y después lo botan, porque no eres tú quien lo rechaza, son las personas que no saben cómo manejarlo o entenderlo y está bien, no todo el mundo está listo para recibir tanto de ti.
Ama tan profundo y tan intenso como puedas, con miedo, pero ama, ya no permitas que tu caparazón te detenga, habrá rechazo, habrá abandono, habrá sufrimiento, pero ya sabes cómo manejarlo, vívelo, siéntelo, pero no te detengas más...
